jueves, 16 de junio de 2011

La publicidad es un músico invisible

Hoy mismo he ido a dos eventos diferentes: un co-laboratorio organizado por Las Iniciativas, y a la inauguración del día del orgullo gay. Estando en éste y después de que terminara un discurso que no vi, el cuarteto de música clásica que llamaremos X, ambientaba, de una manera exquisita y profesional, las conversaciones de los asistentes. Mientras tocaban "La vida es Bella" me di cuenta de que yo era la única persona que se movía al son de la música y miraba embelesada al cuarteto. ¿Cómo era posible que la gente que se encontraba en aquel lugar cerrado, no se percatara de la belleza de una obra tan emocional? Muy fácil, porque no les interesaba. Sus conversaciones eran más interesante y la música parecía que se desvanecía en el aire. Si hubiesen tocado algo de Lady Gaga, Cher o Madonna, ¿ hubiese prestado más atención? Sinceramente, no lo creo.

¿Cuántos se acordarán mañana del grupo X? Muchos tendrán una idea vaga de que había un grupo tocando "algo". Algunos negarán profundamente que no había música ninguna y sólo yo (y a lo mejor algún despistado) sabrá que había un cuarteto llamado X que tocó "La vida es Bella".


Esto trasladado a la publicidad es lo mismo. El discurso de siempre. La publicidad está ahí y no la vemos. Es un músico que busca crear cualquier tipo de emoción, hacerse notar, entre aquellos que no le quieren escuchar o no tienen tiempo para hacerlo.

El cuarteto X es sólo una pyme más del sector. Si en vez de ellos hubiese tocado "Mozart", ¿la gente hubiese prestado atención? Seguramente sí. Pero como leí en el libro "La caída de la publicidad y el auge de las PR" las empresas pequeñas no existen, y menos si hacen todas lo mismo.

Después de la experiencia de hoy, y de que en el Co-laboratorio llegasen a la conclusión de que para impactar al target hay que hablar como ellos, ser como ellos, pensar como ellos... creo que nos quedamos cortos. Ahora es el usuario el que elige qué publicidad quiere ver.

Ya no vale de nada basarse sólo en anuncios que sean afines al público objetivo, ni crear mensajes que le lleguen al corazón, ni anuncios que se interpongan en su camino. De todos esos, ¿de cuántos se acordarán mañana?

Ahora, o eres un músico que toca para amantes de la música o mientras estás tocando una obra de Mozart das un giro de 160º mezclando el famoso compositor con los Rollings, mientras bailas bajo la música de un DJ; o seguirás siendo un músico invisible más, de una sala abarrotada.

¿Conclusión? La publicidad no se ve, así que llama la atención. Si eres pequeño, haz cosa grandes.

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